Los vecinos hartos, de la pendejez de la policía de García, la cual se encuentra infestada de delincuentes y ladrones, detuvieron en la Avenida Heberto Castillo, a irredento ladrón, el recibió bonito y ejemplar escarmiento, un estate quieto que jamás en su mugrosa vida va a olvidar.
El sujeto fue sorprendido robando, los vecinos organizaron, dieron una muestra de unidad, vieron la cara a la corrupta policía de García, que por cierto está controlada ahora por Fuerza Civil.
Los colonos sorprendieron aquel individuo.
Lograron recuperar algunos artículos que había robado,.
Tuvieron tiempo de sujetarlo, amarrarlo, le quitaron la ropa y le dejaron una rata en el pecho.
Ya en pelotas lo soltaron, frente al Soriana que se encuentra en la confluencia.
El ratero de marras, corría, el pudor lo dejó indefenso.
¿Y Dónde quedó la Policía? Fue la pregunta que se formularon los vecinos.
Varios colonos que se comunicaron a este medio señalaron que lo mejor fue que no hayan llegado los poli-ratas de Garcia.
Esos infelices pusilánimes, creen pie de juntillas el adagio mexicano «Ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón» y es por eso que cada detenido que logran atrapar y si es con producto mucho mejor pues se clavan todo, los muy pillos.
Los ciudadanos ya no confía me la policía, no confían en policías rateros y menos en un su alcalde, definitivamente que los policías de García no tendrán cien años de perdón, para ellos no aplica está oferta.