
Después de más de cuatro años de angustia y búsqueda incansable, los hermanos Lidia Yuliana Villarreal Tapia, de 36 años, y Jesús Adrián Villarreal Hipólito, de 28 años, secuestrados el 10 de diciembre de 2020 en el municipio de El Carmen, fueron localizados sin vida y sus restos entregados a su familia.
Las osamentas de ambos hermanos fueron identificados entre los numerosos restos humanos encontrados recientemente en fosas clandestinas en el Valle de las Salinas, según confirmaron fuentes ministeriales
El secuestro ocurrió cuando civiles armados privaron de su libertad a Lidia Yuliana y Jesús Adrián en El Carmen, que forma parte del Valle de las Salinas, epicentro de numerosos hechos violentos. Desde entonces, su familia, encabezada por Anahí, mantuvo una lucha constante para encontrarlos, uniéndose a colectivos de búsqueda y exigiendo justicia. A pesar de la esperanza de hallarlos con vida, la confirmación de su fallecimiento llegó este jueves 15 de mayo, tras el hallazgo de sus restos en una de las innumerables fosas clandestinas que han marcado a la región.
En un emotivo mensaje publicado en redes sociales, Anahí Villarreal expresó el dolor y alivio de la familia al cerrar un capítulo de incertidumbre:
“Regresaron a casa. Después de más de 4 años, la espera terminó, manitos. Aunque siempre mantuvimos la esperanza y fe de encontrarlos sanos y salvos, la realidad es muy cruel. Regresaron para calmar un poco nuestra angustia, pero jamás nuestro dolor. Los amaré toda la vida, mi corazón está destrozado, pero mi alma está tranquila de saber que ya estarán con nosotros, descansando. Mis güeros.”
El mensaje refleja el sufrimiento de una familia rota: una madre y un padre devastados, una hermana que luchó sin descanso, una hija y un hijo pequeños que crecieron sin su madre, y hermanos que añoraban a sus compañeros de vida. La localización de Lidia y Jesús Adrián, aunque trágica, pone fin a la incertidumbre que enfrentaron desde aquel fatídico diciembre de 2020.
El Valle de las Salinas, ubicado en el noreste de Nuevo León, ha sido identificado como un epicentro de fosas clandestinas, donde se han exhumado cientos de restos humanos en los últimos años.
Este caso pone de manifiesto la crisis de desapariciones en Nuevo León.
La familia Villarreal, aunque destrozada, encuentra un mínimo consuelo en saber que Lidia y Jesús Adrián “regresaron para quedarse”. Su historia, como la de tantas otras, resalta la resiliencia de quienes buscan verdad y justicia en medio de la tragedia.